Sin Richard Serra el Museo Guggenheim de Bilbao no se podría concebir tal y como es. Uno de los buques insignia de su colección permanente, el grupo escultórico de ocho elementos La Materia del Tiempo, ocupa buena parte de la estancia anexa al hall del Museo.

La relación del escultor californiano con la pinacoteca (y con Bilbao) fue estrecha y se sostuvo en el tiempo. Eran una trieja bien avenida que comenzó a gestarse en su primera visita a la villa en 1983, cuando entró en contacto con la tradición escultórica vasca, según el apunte de Miguel Zugaza, director del Museo de Bellas Artes.

Hoy la ciudad y el gigante de titanio han perdido a su tercera pata. El diario The New York Times ha informado hace escasas horas que Serra ha fallecido como consecuencia de una neumonía en su casa de Long Island (Nueva York). Juan Ignacio Vidarte, director del Museo Guggenheim, lamenta su muerte: "El fallecimiento de Richard Serra hace que hoy sea un día triste para el mundo del arte", declara en una nota remitida a DEIA. "Tuvimos el privilegio de conocerle antes incluso de la apertura de esta institución, cuyos primeros pasos estuvieron profundamente marcados por su obra, dejando una huella que perdura entre nosotros", se felicita.

El director del centro de arte contemporáneo también admite el enorme privilegio que supone para el Museo acoger su monumental instalación La materia del tiempo como parte de su colección permanente.