LAS tragedias siempre pueden ser peores. Siempre puede haber más muertos, más heridos, más desolación. Verlo desde ese prisma lleva a un intento de amortiguar el golpe por lo sufrido y provoca que el hecho parezca menor cuando no lo es. El derrumbe del puente de Baltimore se ha llevado por delante seis vidas humanas. Podrían haber sido más de no ser por la reacción de las autoridades portuarias de cortar la circulación que había en esos instantes. Pero lo cierto es que seis personas que se encontraban trabajando no volverán a sus casas. Y eso, se mire por donde se mire, es la mayor de las tragedias. l